Tras la muerte de su madre, Storey regresa a casa e intenta paliar el dolor de su millonario padre convirtiendo el castillo familiar en un lujoso prostíbulo privado. Encontrar a las mujeres adecuadas es complicado, pero finalmente consiguen variadas expertas sexuales: rubias, morenas, pelirrojas, y las más deseadas, las made in Tokio. Padre e hijo satisfarán todas sus fantasías eróticas con ocho mujeres... y media...