omo si recién hubiese escapado del Grand Ole Opry, meticuloso en sus rituales (cuando se pone el traje para cada velada “sé que todo irá bien”), observando el entorno, sacando conclusiones de lo que gira a su alrededor pero también de su propia disciplina: “Si pienso en lo que hago, que voy a estar de gira un mes, no tiene ningún sentido”. Dura solo una hora, pero el calado es insondable.