El debut cinematográfico del artista maldito Leos Carax sigue resultando igual de impactante a día de hoy que allá por principios de los ochenta, cuando se estrenó. Carta de presentación ecléctica y potentísima, la película se va construyendo entre diálogos con más poesía que prosa, una estética en blanco y negro que recuerda tanto al expresionismo como al mejor Godard y un homenaje constante al género tradicional de la historia romántica. Un verdadero tesoro para los amantes del cine francés de autor, el primer regalo de uno de los cineastas más importantes de la contemporaneidad. En un París bohemio y nocturno, Alex, 22 años, quiere convertirse en cineasta. Lo que más le fascinan son las primeras veces de algo; lamentablemente, su novia, Florence, acaba de dejarle por su mejor amigo, Thomas. Primer rechazo, primer intento de asesinato: Alex intenta estrangular a Thomas, pero se rinde y decide vagar por las calles. Esa noche, Mireille, una guapa joven y provinciana que ha venido a París a salir en anuncios, es abandonada por su novio. Alex contempla la separación. Y, por fin, estas dos almas atormentadas coinciden en una fiesta...