Un coro de chicos mundialmente famoso se embarca en una gira. A manos de su estricto director no son más que instrumentos musicales obedientes. Sin embargo, cuando se quedan solos y sin vigilancia, sólo son niños con ganas de jugar. Con un estilo que recuerda el Playtime de Jacques Tati y con un interesante juego visual entre el cubismo y el abstracto, el cortometraje fue galardonado con el Premio por la Mejor Animación en el 29 INTERFILM, International Short Film Festival de Berlin, y con el Premio al Sonido y a la Musica del London International Film Festival, en 2013.