William (Tim Robbins) trabaja para el autoritario gobierno global conocido como Esfinge. Solo los ciudadanos genéticamente aceptados poseen la documentación necesaria para vivir en las ciudades y moverse con libertad. Investigando un caso de falsificación, Sam se enamora de Maria (Samantha Morton). Su romance está condenado a durar lo que duren los papeles de ella: 24 horas.