Tras cosechar un gran éxito con su ópera prima, "Cenizas", producida por el gran cineasta catalán Pere Portabella, Carlos Balbuena vuelve a explorar la memoria a partir del silencio en su extraordinaria nueva obra. Dos personajes y un paisaje montañoso le sirven a Balbuena para mostrar el olvido colectivo ante la guerra civil, todo eso en un blanco y negro que quema la mirada. Un prodigio minimalista.
Uno de los episodios más desconocidos de la Guerra Civil es el que se conoce como La Bolsa de Bielsa. En abril de 1938, los aviones del bloque nacionalista bombardeaban los pueblos de la comarca del Sobrarbe oscense. La mayoría de sus habitantes emprendieron la huida a pie, con niños, ancianos y alimentos a cuestas, atravesando las montañas hasta llegar a lo alto del Puerto Viejo, que es uno de los pasos naturales a Francia, situado a casi 2500 metros de altitud. Por otro lado, encontramos a dos hombres que se dirigen hacia la muerte o, más exactamente, que son incapaces de huir de la muerte. Sobre las espaldas de estos dos hombres que caminan sin descanso por las montañas del pirineo aragonés, y cuya vida parece condenada a un eterno bucle, sobrevuela la idea de una guerra, la idea del miedo, la idea de la violencia; pero también la idea de un país y de unas ruinas, que son las ruinas de la memoria.