En febrero de 2012 los alumnos del Instituto Lluís Vives de Valencia protagonizan unas jornadas de protestas estudiantiles por los recortes económicos en las partidas presupuestarias en educación de la Comunidad Valenciana. La acción policial en las manifestaciones fue de gran controversia, se hicieron eco los medios de comunicación internacionales y despertaron las protestas de organizaciones estudiantiles, de asociaciones de padres y madres de alumnos, de partidos políticos, y de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Save the Children. Este filme se adentra en el mundo de un grupo de adolescentes cuyas protestas en defensa de la enseñanza pública desencadenaron la llamada Primavera valenciana. Para muchos de los protagonistas fue su primera experiencia reivindicativa y un choque frontal con la realidad. No sólo se convirtieron en el símbolo de las protestas estudiantiles en toda España; también constituyen un reflejo del desencanto juvenil ante el futuro incierto en un país en el que las políticas de austeridad comienzan a repercutir en la sociedad.