El director responsable de la cruda y asfixiante "Carne de Perro", Fernando Guzzoni, plasma un retrato contemporáneo de una parte de la juventud chilena completamente anárquica y despolitizada, que conocen la democracia pero no la dictadura por la que viene marcada. Jóvenes de retazos andróginos y nihilistas, particularísimas tribus urbanas con sus propias dinámicas destructivas intrínsecamente arraigadas, que idolatran la música backstreet boy de las boy bands coreanas y que tienen en el exceso nocturno su nexo en común. Y claro, tras el exceso viene la resaca, tras el crimen, el castigo. De la denuncia social, al espectro familiar. Un trayecto de carácter tan moral como íntimo que profundiza en cómo los afectos y lazos familiares se ponen a prueba en momentos de crisis extrema. "Jesus" es una película destinada a remover conciencias, ante la cual queda prohibida la indiferencia.
Santiago, Chile. Jesús, de 18 años, vive solo con su padre, Héctor, en un apartamento donde la televisión compensa su inhabilidad para comunicarse entre ellos. El resto del tiempo, Jesús baila en una banda de K-Pop, se droga con sus amigos, mira videos hardcore por internet y tiene sexo en lugares públicos, buscando adrenalina. Una noche, se ve envuelto en un terrible e irreversible infortunio. Este evento hace que Jesús y Héctor tengan que acercarse como nunca lo han hecho, pero termina por separarlos para siempre.