Elena Anaya se deja la piel en un papel desgarrador a las órdenes de Matías Bize, una de las voces más interesantes del panorama chileno, que vuelve a demostrar su talento a la hora de rodar cine intimista y de cortas distancias. Una joven pareja, tras la muerte de su hijo, lucha por mantener su relación. Este inmenso dolor los ha fracturado como pareja y a pesar de lo mucho que se quieren, no pueden sobreponerse a la inmensa pérdida. Asistimos a la sutil construcción de sus nuevas vidas, y observamos sus movimientos por olvidar lo que fueron como pareja. Pero la posibilidad de un nuevo reencuentro aparece y ellos saben que esa decisión podrá cambiar el sentido de sus vidas para siempre.