Definida por el propio Fassbinder como "una comedia en seis partes sobre juegos para adultos llena de suspense, emoción y lógica, horror y locura". De las pocas comedias del director alemán, es toda una explosión de provocación, ironía y sátira política, lo cual la llevó a ser boicoteada por grupos de ultraderecha.
Un magnate financia a unos terroristas pertenecientes a la clase media con el objetivo de dinamitar el mercado de los ordenadores, sembrando el pánico en el gobierno y en la industria de la Alemania Occidental.