Mejor cortometraje en el Festival de Málaga y en los Premios Gaudí. Un retrato nada complaciente de la generación millenial.
Sara, una niña de 13 años, tiene la necesidad de abandonar su inocencia para adentrarse en el mundo adulto y así encajar dentro de su grupo de amigas. Envuelta por un mundo donde reina la apariencia, Sara se verá obligada a forzar su voluntad convirtiéndose así en una víctima más de la sociedad. Un retrato de la generación del 2000, donde móviles, Internet y una sexualidad prematura no pueden pasar desapercibidos.