Del París de los 60 -con un arranque espectacular en el que suena la versión frenchy del These Boots Are Made For Walking de Nancy Sinatra- a principios del siglo XXI, una madre y una hija van y vienen entre los hombres que las aman. Pero la imprudencia y ligereza de una generación se convierten en fatalidad para la siguiente, dejando un reguero de corazones rotos por el camino. Honoré sigue trabajando con sus actores favoritos y saca provecho del carisma de un icono como Catherine Deneuve. Y aunque no era su intención inicial, vuelve a explorar el formato del musical, con ese tono entre funesto y frívolo que caracteriza toda su obra.