Una tarde húmeda de verano. La mujer agarra el conejo, lo acaricia, lo mata de un golpe seco. Los niños, los viejos y hasta los perros contemplan atentos el ritual cotidiano de la muerte.
En su primer corto, el multipremiado "Pueblo", Elena López Riera investigaba lo que significa volver a los orígenes cuando lo que nos une a ellos es a la vez mucho y nada. Ahora, la voz narrativa de "Las Vísceras" vuelve a narrar ese regreso a través del despellejamiento de un conejo, un ritual absurdo que sin embargo provoca también una inexplicable atracción, como nuestros recuerdos de un pasado al que pertenecemos, de una cultura cuyas huellas nos persiguen. Estuvo presente en el último Festival de Locarno.