Una lúcida e ingeniosa reflexión sobre la crisis de los 30 y la madurez desde el punto de vista de un personaje masculino tan atípico como lleno de matices.Henrik, de 35 años, aún sale de fiesta con sus amigos del instituto como si estuvieran en la veintena. Su madre le trata como si fuera un niño, y está en una relación sentimental que únicamente se basa en el tonteo. Cuando su novia Tone se quede embarazada, Henrik debe encontrar un trabajo serio, mudarse a un piso más grande y, en definitiva, sentar la cabeza. Pero la presión por madurar acaba por consumir a Henrik, que comienza a comportarse de una forma extraña e insospechada.