Premio del Público y Premio FIPRESCI en el último Festival de Venecia, "No One's Child" nos presenta un descendiente directo de "El pequeño salvaje" de Truffaut a través de un relato tan hermoso como desgarrador. Incurriendo en un tema universal como lo es la crítica social y los niños de la guerra, con una estructura bien definida, la ópera prima de Vuk Rsumovic ofrece momentos de extraña belleza y poesía, en los que contribuye en gran medida su pequeño protagonista. La primavera de 1988 un niño salvaje es encontrado en la profundidad de las montañas bosnias, mientras vivía con los animales. Llamado Haris, le envían a un orfanato en Belgrado. Tras unas infructuosas lecciones, se hace amigo de Zika, un chico carismático, que le protege de los abusones. Poco a poco, empieza a pronunciar sus primeras palabras. Si bien empieza como otra historia de niños salvajes y pigmallion, con Truffaut como referente, el film crece a medida que lo hace su metáfora con la historia de Yugoslavia y de todo el continente. Llevando las grandes preguntas hacia otro prisma: que nos hace humanos, qué nos hace bestias, el contraste entre naturaleza y civilización. En ese punto ya estaremos enganchados a la suerte de este chico perdido, tan perdido como Europa parece estar. Esta historia de superación, de adaptación al medio, y las grietas que provoca la historia con mayúsculas sedujo a público y crítica en el Festival de Venezia, iniciando una exitosa carrera en los festivales (Mejor Película, Mejor Guión y FIPRESCI en la Settimana della Critica, Premio del Público en Zagreb FF).