El cineasta lituano Sharunas Bartas (Three Days, The Corridor) parece cerrar sus propios duelos personales, dando a su vez la iniciativa como actriz a su hija (con Katia Golubeva), con este film estrenado en la Quincena de Realizadores de Cannes. Un hombre, su hija y su compañera llegan a su casa de campo para pasar el fin de semana. La hija acaba de mudarse a casa de su padre en busca de su afecto. El hombre cansado de su vida no sabe dónde encontrar fuerzas para continuar. La mujer, violinista, se ve incapaz de elegir entre la música, el amor y su carrera. Aunque ambos se aman su relación es tensa, hasta tal punto que puede romperse en cualquier momento… A veces para comprenderse es necesario escuchar y observar a los demás. Debemos sentir el frío aliento de la muerte para volver a la vida.