El dios Mágico, un mago que se movía igual en el área chica que en la noche eterna. Jorge Alberto González Barillas llegó a España con el Mundial del 82 vistiendo el azul de su “paisito”. Atrás dejaba dos años de guerra civil, por delante le esperaban tardes de gloria y noches de bohemia. La leyenda del Mago se hizo mito en el pueblo. Para sus compañeros podría haber sido el mejor futbolista de todos los tiempos, pero él sólo quiso “ser feliz sin pisar a nadie”. En El Salvador todo el mundo es del Real Madrid o del Barcelona… y del Cádiz.