Es una prostituta, una juerguista, una desleal, una estafadora, una delincuente y mucho más... Pero ¿podría ser una asesina? Susan Hayward ganó en 1958 el Oscar a la Mejor actriz por su sensacional y angustiosa interpretación en esta historia conmovedora que le mantendrá en un constante estado de suspense. No puede perdérsela. Arrestada por matar a una anciana viuda a golpes, Barbara Graham (Hayward) provoca en un principio a la policía al negarse a responder a sus preguntas. Pero cuando un presunto cómplice declara como testigo de la acusación, Graham insiste en su inocencia. Considerada culpable por la prensa y el público, Graham es declarada culpable y condenada a morir en la cámara de gas. Según se acerca la fecha de su ejecución, Graham intenta, desesperadamente, sacar la verdad a la luz y salvar la vida contra todos los pronósticos.