La CIA sospecha que el agente Cross (Burt Lancaster) es un traidor que trabaja para el KGB y, por esta razón, deciden eliminarlo. El plan de la CIA falla y Cross consigue escapar e irse a Europa. Cross no tendrá en Europa la vida tranquila y segura que espera porque la agencia contrata a un asesino francés llamado Scorpio (Alain Delon). A partir de ese momento el eficaz y experto asesino Scorpio irá a la caza de Cross para cumplir con su trabajo.