Gran triunfadora de los Premios del Cine Suizo con los reconocimientos a Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actor Secundario, "Señor Workaholic" es una película estéticamente pura y cruel, casi irreal, donde las imágenes de una Ginebra de postal se unen con destellos de espacios abiertos de trabajo ultra modernos y deshumanizados.
Frank (majestuoso Olivier Gourmet), el anti héroe de esta historia, en muchos sentidos trágico pero ante todo, extremadamente real, se camufla a la perfección en esta decoración de belleza impersonal. Su vida está consagrada únicamente al trabajo. Cada uno de sus gestos está escrupulosamente programado, marcado por una rutina que se convierte en una obsesión. En su vida no hay lugar para la improvisación ni la imaginación, a sus ojos solo el materialismo y una adicción al trabajo masoquista merecen su respeto. Una película cruda y poética que refleja el mundo del trabajo hecho de reglas abusivas y de la búsqueda de un bienestar ideal.