Galardonada en festivales como Valladolid o Sevilla, la crítica define esta portentosa obra como una de las mejores películas LGTB de 2019. Se trata del retrato de un despertar sexual que trasciende las fronteras de lo singular para desmarcarse como un fuerte manifiesto político en contra del odio irracional. Un film lirico y emocionante, que consiguió salir adelante a pesar de sufrir un boicot activo por parte de toda la sociedad georgiana.
Merab ha entrenado desde joven en el grupo de danza nacional de Georgia con su compañera de baile Mary. Su mundo se ve fuertemente sacudido con la llegada de Irakli, quien pronto se convierte en su mayor rival y deseo. En este entorno conservador, Merab se ve obligado a liberarse y arriesgarlo todo.