David Gutiérrez Camps ("The Juan Bushwick Diaries") rompe barreras entre formatos (hablamos de una ficción que se expone bajo los códigos del documental) y dinamita todo posible estereotipo al que al cine social de denuncia nos tiene acostumbrados con este sobrio y elegante ejercicio de cámara. "Sotobosque" nos recuerda como desde el drama íntimo y local se construye el retrato colectivo y global.Musa Camara (Mauritania, 28 años) no tiene trabajo. Pasa sus días deambulando en soledad por los bellos bosques y las complejas urbanizaciones que rodean el pueblo donde vive, Cassà de la Selva (Gerona). Dedica sus horas a la recolección de piñas y brezo, que después vende a empresarios de la zona. A menudo, no sabe qué hacer y simplemente deambula. Vive en las afueras de la sociedad europea del siglo XXI, pero se dedica a algo muy antiguo: la recolección salvaje de frutos de la naturaleza. Musa lucha por su supervivencia de una forma muy primaria y a su vez muy bella. Ha sido expulsado de los espacios civilizados y habita en los márgenes, en los espacios deshabitados por nuestra sociedad. El sueño de la civilización occidental le ha acercado a la animalidad de una forma que no esperaba. Él parece tomárselo con humor y parsimonia: las aguas de la tristeza corren bajo tierra.Esta película opta al Premio de la Crítica de la ACCEC.