Stroszek no deja de ser una reinterpretación muy personal y efectiva del clásico sueño americano. Bruno Stroszek es un enajenado mental y alcohólico que acaba de salir de la cárcel. Se gana la vida como músico callejero. Bruno conocerá a Eva, una prostituta y ambos recibirán una paliza por parte de los chulos de Eva. Se les une el jubilado Scheitz y el peculiar trío viajará hacia Norteamérica en busca de su personal utopía. En un pequeño pueblo de Wisconsin, los tres se endeudarán para comprar una destartalada caravana, aceptarán trabajos en el sector de servicios, y empezarán a descubrir otros medios distintos de los que les alejaron de Berlín. Una verdadera patada en el estómago de la conciencia.