Un pueblo perdido en la árida estepa de Mongolia fronteriza con China. Los habitantes se han ido poco a poco, cansados de luchar contra el avance del desierto. Unos cuantos se han quedado y plantan árboles con el jefe de la zona, Hungai. Pero nada puede detener el éxodo. Incluso la mujer de Hungai acaba marchándose. Hungai se queda solo en su “yurt” y empieza a beber, sumido en el dolor y la desesperación... ...hasta que aparece Choi Soonhee, una refugiada norcoreana, con su hijo Changho. La mujer se adapta a las costumbres del desierto y también empieza a plantar árboles.