Tras un frustrado intento de suicidio, Leonard regresa a la casa de Brooklyn donde pasó su infancia. Sus padres se muestran muy preocupados por él e intentan que se fije en Sandra, la hija del nuevo socio familiar. Sin embargo, Leonard ya se ha obsesionado con Michelle, una vecina tan bella como misteriosa que puede arrastrarle de nuevo al abismo. Sólo le queda decidir entre el amor sin preocupaciones que le ofrece Sandra y la vida tormentosa, aunque pasional, que le espera junto a Michelle.