Clásico del terror británico y una de las primeras en analizar la figura del asesino en serie. Rodada en los mismos años que "Frenesí" y "El estrangulador de Rillington Place".
Amanda acepta cuidar al bebé de unos recién llegados al pueblo. Cuando se queda a solas con el niño observa aterrada cómo va cambiando la atmósfera de la casa, descubriendo que los extraños sonidos que escucha no son fruto de su imaginación. La joven se ve asediada por un maníaco que se acaba de fugar de un asilo cercano.