En 1981 el húngaro Aro Tolbukhin es detenido por quemar vivas a siete personas en la enfermería de la Misión del Divino Redentor en Guatemala. Tras su detención, Aro Tolbukhin confesó además haber asesinado a cinco mujeres y calcinar sus cadáveres. También se autoinculpó de los asesinatos de otras diecisietes mujeres, todas ellas embarazadas, realizados a lo largo de los quince años en que trabajó como marino mercante.