Una serie de personajes nacidos en el periodo de entreguerras en Formentera narran como sobrevivían al hambre a mediados de los años 50, antes de que la isla de se abriera al turismo. Desde el otoño hasta el verano, queda reflejada la transformación que sufre la isla, de la tranquilidad a la saturación turística. El buen abastecimiento de la isla y la globalización provocan la inevitable pérdida de ciertas costumbres ancestrales. Aún así, los payeses retirados continúan arraigados a la tierra y el mar, un vínculo profundo que unos pocos jóvenes heredan.