Estrenada en la sección Nuevos Directores de la pasada edición del Festival de San Sebastián, la ópera prima de Lisa Brühlmann se define como un coming of age femenino que bebe del cine de adolescentes americano, pero adaptándolo a lo europeo y con un giro hacia lo sexual y lo fantástico. Y es que lo que en su prólogo atisba como una posible nueva "Carrie", una suerte de "Mean Girls" a la europea, no tarda en dar un giro radical hacia terrenos más afines como la controvertida "Klip", pero también "Crudo (Raw)" e incluso "Los 400 Golpes". Justo antes de las vacaciones de verano, Mia, de 15 años, se traslada con sus padres a los suburbios de Zurich. Durante mucho tiempo se ha sentido alejada de sus progenitores, y cuando les pregunta si ha sido adoptada, su madre se ofende pero no responde. Mientras Mia se sumerge en un comportamiento alocado y adolescente en un intento de lidiar con todo, su cuerpo comienza a sufrir extraños cambios. Al principio apenas son perceptibles, pero luego suceden con fuerza y empieza a perder la razón. En su desesperación, intenta evadirse con sexo y drogas, con la esperanza de detener el torbellino que la abruma. Pero la naturaleza es más poderosa.