Inspirada en el suceso que provocó que Friedrich Nietzsche dejara la pluma para siempre, "El Caballo de Turín" es un fascinante viaje por las ruinas de la creación artística y la última obra maestra, hasta la fecha, del venerado cineasta húngaro Béla Tarr.
El 3 de enero de 1889, en la plaza Alberto de Turín, el filósofo alemán Fredrich Nietzsche presenció en la calle cómo el conductor de un carro maltrataba violentamente a su hermoso caballo. El animal, exhausto y sobrecargado, se negaba a moverse. Al contemplar la escena, Nietzsche se abrazó al cuello del caballo, se echó a llorar y perdió la conciencia. Así fue llevado hasta su cuarto donde permaneció dos días en silencio, después de los cuales escribió algunas cartas y pronunció sus últimas palabras ("Madre, soy tonto"), para volver al silencio en el que viviría hasta su muerte. Esta contundente obra nace de preguntarse que le sucedió al caballo. A partir de esta cuestión, se abre paso la narración de la vida miserable del carretero, de la hija de éste y del caballo, en una granja aislada en mitad de un paraje que, además, está siendo azotado por una tormenta apocalíptica.