Uno de los grandes clásicos del cine bélico, un drama poderoso que marcó a realizadores como Wolfgang Petersen o Paul Verhoeven. En la Alemania de 1945, últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto puede darse prácticamente por concluido tras la invasión del país por las tropas aliadas. Ya no quedan adultos para combatir, sin embargo, sí quedan adolescentes que recibirán la orden de evitar la entrada enemiga a los últimos territorios alemanes a través de un puente. Bajo la ideología nazi “sangre y honor” los adolescentes irán a defender el puente aunque les cueste la vida.