La historia de Kaspar Hauser, quien se crió en el aislamiento oscuro de la humanidad, es ahora revisitada por el artista gallego con una adaptación radicalmente experimental que no pretende ser nada más que un mensaje religioso. En película Blanco y negro de 16 mm, sin el lenguaje de la razón, frente a frente con el rompecabezas primitivo, este film bien podría haber sido encontrado entre los escombros de una casa en ruinas: un rollo de película traspapelado desde la dimensión desconocida, o directamente filmado dentro de la mente de Gaspar Hauser, hombre misterioso que según dice la leyenda se crió completamente aislado con la sola compañía de un caballo de madera. Obra inquietante de raro sentido del humor, premio Fipresci en Rotterdam. Nuevo episodio de las peripecias del 'enfant sauvage' Gaspar Hauser, acompañado de su inseparable y bienquerido caballito de madera. Sujeto imposible, Gaspar tiene en esta ocasión la personalidad fragmentada en cinco personajes arquetípicos: un enano sadomasoquista, una seductora doncella, un tipo cínico y déspota, un marinero romántico y un batman patético, encarnado este último por el propio director de la película. Un antihéroe de bata y zapatillas, fumador compulsivo, reflejo de la inadaptacion en la que está inmiscuido el hombre decepcionado, el hombre que piensa, el hombre que es de este mundo sin serlo.