Una alegoría rebelde y divertida sobre el presente de Rumanía a través de una estructura de fábula que lleva Robin Hood como bandera. Costi lleva una vida apacible. Le gusta leer cuentos a su hijo de 6 años antes de dormir. Su favorito es Robin Hood. Una noche, su vecino le confiesa un secreto: hay un tesoro enterrado en el jardín de sus abuelos. Si Costi alquila un detector de metales, le dará la mitad de lo que encuentren. Los dos cómplices tienen un fin de semana para localizar el botín. A pesar de numerosos obstáculos, Costi no se desanima. Para su mujer y su hijo es un auténtico héroe, y nada ni nadie van a detenerle.