Íntima y emocional semejanza del cantautor mallorquín Miquel Serra, sus canciones, su filosofía de vida y la estrechísima relación con su hermano Joan a través de la música, en vida y más allá.
Canciones cargadas de sentimientos que maridan folk mediterráneo y pop psicodélico, fragmentos de vídeos caseros filmados durante su juventud y entrevistas a quien mejor los conoció. Estos son los ingredientes básicos de una película de melancólica belleza que captura la trayectoria vital y musical de Miquel Serra, unida visceralmente a la figura de su hermano Joan, cuya prematura muerte dejó un vacío tan enorme como su legado artístico (en forma de dibujos, pinturas, grabados y canciones) desvelando en Miguel la necesidad de componer canciones. Una relación entre dos mentes inquietas y creativas que se forjó más que nunca después de la pérdida de los padres, resistió los envites de un trastorno esquizoafectivo y modeló un universo propio marcado por las sensaciones y los añoranzas de la infancia. Más que de música, este es un filme sobre la creatividad, la muerte, la regeneración emocional, los ciclos de la vida, la ausencia y la persistencia del pasado en el presente.