Ópera prima del cineasta Diego Llorente, quien ya apuntaba maneras al alzarse con el Premio a Nuevos Realizadores del Festival de Gijón con su guión para el corto "Casa". Con un reparto totalmente amateur para conseguir que las barreras entre persona y personaje se difuminen, el cineasta de La Pola ha conseguido firmar un drama naturalista que sorprenderá por el realismo de su tratamiento. Estos días para un joven en paro, real como la vida misma. Sin apología del sufrimiento, sin estridencias, sin dramatismo exacerbado, sin golpes de efecto y sin atisbo de autocompasión alguna. El desempleo del joven Manuel se vive, se palpa, se padece, aunque en ningún momento le veamos quejarse. Con un cuidadoso encadenamiento de planos, con un empleo riguroso del montaje, estamos ante un desolador retrato de alcance social y origen introspectivo. Tan cercano a joyas como “La Soledad” o “La Herida”, como lejano de la angustia y pesadumbre en la que éstas inciden. Y es que probablemente sea comparable, si no fuera porque Rosales y Franco hurgan en la congoja mientras la ópera prima de Diego Llorente tan solo la sugiere, y eso sí, lo hace ejemplarmente. Dará que hablar. Bien lo merece.