Una brillante ópera prima tan intensa como intrigante que nos demuestra la buena salud del cine argentino. Peleas familiares, mucho alcohol y mucho sexo en un film catártico, singular e incluso noble. Carla llega para acompañar a Martina después de años de ausencia. La relación entre ellas es distante, hay algo de lo que no hablan. Martina tiene encuentros furtivos con Diego, un hombre que le dobla la edad. Ambos se someten a un juego sexual fuerte y fuera de control. Una vez que Carla descubre esta relación se enfrenta a Diego.