La película más emotiva de Bertrand Tavernier, una oda a los profesores y al cine social que se ha convertido en todo un clásico moderno. Co-escrita entre él y su yerno, un director de escuela que contaba con más de 20 años de experiencia en la docencia, fue premiada en el Festival de Berlín con una Mención Especial del Jurado y en San Sebastián con el Premio del Público.
Daniel Lefebvre es el director de la escuela infantil de un barrio marginal de un pueblo minero del norte de Francia, en el que el 30% de la población está en paro a causa de la crisis de la minería. Un día, la madre de una alumna llega borracha a la escuela, sufre un colapso y deja allí a su bebé y a su hija de cinco años. El director solicita entonces la ayuda de los vecinos, pero lo único que conseguirá es que su labor docente sea cuestionada.