Una de las películas más personales de Jess Franco, inédita comercialmente hasta ahora y vista sólo en festivales como Sitges, Pantalla Fantasma o el BUTT Film Fest de Núremberg, “La Cripta de las condenadas” ha sido comparada al cine de reputados vanguardistas como Raoul Ruiz. Sexo lésbico, terror y videoarte se dan la mano en este experimento a la altura del peculiar genio de la vanguardia que fue su director.Un grupo de mujeres, quizá fantasmas, quizá demonios, se encuentran encerradas en la cripta de un cementerio, condenadas por una vieja maldición. Esta especie de súcubos, lascivos y perversos, no parecen sin embargo lamentar demasiado la maldición y pasan los años entregándose a todo tipo de placeres sexuales.