Mizoguchi cuestiona el fundamentalismo tradicional japonés basado en preceptos anquilosados y denuncia la situación social de la mujer con esta obra maestra que emerge ahora como una de sus grandes películas.
Shinnosuke acepta casarse con Shizu con tal de poder estar cerca de su hermana Oyu, viuda y madre de un hijo. Las costumbres japonesas prohíben que Oyu se case porque su deber es educar a su hijo para que llegue a ser el jefe de la familia de su marido.