Existe a finales de los 60 una corriente en el cine británico de terror que parece estar obsesionada con las cazas de brujas medievales. Sin duda, la principal fuente de inspiración de esta película alemana protagonizada por un jovencito Udo Kier. Su principal referencia es el fantástico Michael Reeves con la estremecedora "El General Witchfinder", siendo "Las Torturas de la Inquisición" mucho más explícita y sangrienta. El barón Christian Von Mem es un aprendiz de cazador de brujas. Su mentor, el conde Cumberland, lo instruye demostrándole la resistencia al dolor de las víctimas que van cayendo en sus manos. Ambos siguen al pie de la letra los caminos escritos por la Iglesia para capturar a los herejes y practicantes de brujería. Pero cuando Von Mem ve al conde asesinando con sus propias manos al Albino por haberle llamado impotente, empieza a perder la fe paulatinamente.