Sin haber grabado aún ningún disco, las rimas de Jarfaiter reivindican el orgullo de los de abajo con la crudeza del primer gangsta rap o el hip hop de los suburbios parisinos. Conocemos a este prometedor rapero en Piedralaves (Ávila), su pueblo. Allí nos explicará cómo se enganchó al hip hop antes de que viajemos en coche hasta el barrio madrileño de Tetuán, donde vive desde hace años y se reúne con sus amigos en el parque. Para Jarfaiter ser macarra no es una opción estética, sino una posición vital.