En un futuro no muy lejano, dos colegas, Choro, joven pacifista experto en armas y boxeo, y Cortaojos, un cateto maduro y duro, se fugan de la prisión de altísima seguridad Torre Bruno con una única intención: el cobro de una deuda millonaria con su antiguo socio Vicuña. Por el camino a la chatarrería de su amigo Tiojuan, secuestran a Iciar, una chica aparentemente ingenua. Tiojuan les informa que Vicuña regenta un pub donde tiene a todos los chavales "endrogaos" y ha formado una especie de "secta". Cortaojos le exige a Vicuña su dinero, pero la entrevista se complica y termina con un tremendo tiroteo en el que resultan muertos el mafioso y todos sus guardaespaldas... aparentemente. Con los cuerpos cubiertos de sangre, los cadáveres se levantan imparables. En realidad se trata de alienígenas en busca de carne humana para sus banquetes siderales.