La realizadora belga Patrice Toye aborda el tema del abuso de menores desde la propia mirada del perpetrador con sorprendente determinación y riesgo, trazando así el conflicto interno de un joven que lucha contra sus pensamientos más profundos y oscuros.
Jonathan, un joven de buen corazón, sale de prisión por falta de pruebas, y regresa a casa de su madre cerca de unas dunas. Jonathan está dispuesto a convertirse en un hombre mejor, diferente. Pero sus buenas intenciones son puestas a prueba cuando una niña se instala a vivir cerca de su casa.