Una insólita inmersión en el proceso de aprendizaje de un niño, de como éste afronta la ausencia de un ser querido. Desde un enfoque tremendamente personal, expresado a través de un sutil lirismo y articulado sobre una embriagadora sensibilidad, "Un día perfecto para volar" destaca además por la lección de cine y vida que yace en ella. Una cometa, un niño, su padre, la montaña y un cuento sobre un gigante por contar. Es la simple base, la forma más accesible posible desde la que Marc Recha ha sido capaz de enarbolar una reflexión absolutamente conmovedora, sincera, emotiva y humana. Una pequeña maravilla de poco más de una hora que es al mismo tiempo una comedia familiar de aventuras, una tragedia social, una fábula psicológica y un cuento de horror.En un paraje solitario cerca de la costa, un niño hace volar la cometa que le ha construido su padre. Hace viento y la cometa se enreda entre la vegetación. El niño necesita de la ayuda del padre para seguir haciendo volar la cometa. Juntos, errantes en medio de la naturaleza cuentan un cuento íntimo y especial: el de un gigante que siempre tiene hambre.