Esta multipremiada obra ha sido calificada por algunos críticos como la película sobre drogas más sombría de los últimos tiempos. Los omnipresentes primeros planos oblicuos capturan con gran eficacia la desesperación e impotencia de los dos protagonistas, que parecen abocados a una vida en la miseria. Se trata de un oscuro retrato sobre las consecuencias de los estupefacientes y la dificultad para librarse de una vida atada a ellos.
Blaise y Nessa son dos adictos a la metadona en su pequeño pueblo marginal. Cada día empujan una cortacésped oxidada de puerta en puerta preguntando si los vecinos quieren que les corte el césped. Atados el uno al otro, sus sueños de escapada se mantienen atados con una asfixiante correa corta.